jueves, 13 de febrero de 2014

Homosexualidad en el deporte

En los últimos días parece que comienza a revolucionarse un poco el tema respecto al reconocimiento de la homosexualidad en el mundo del deporte, curiosamente se producen estas noticias a la vez que vivimos la vergüenza de ver como se apoyan unos Juegos Olímpicos de Invierno abiertamente homofóbicos y en el que deportistas de alto nivel como Yelena Isinbayeba o el español Javier Fernández han apoyado la política anti gay de Rusia.

Pero dejando de lado estos actos tan criticables, la noticia dentro del deporte en los últimos días ha sido Michael Sam, estrella universitaria del Fútbol Americano y aspirante a jugar en la NFL, que ha declarado abiertamente su homosexualidad sin ningún tipo de tapujos.





No es el primer deportista que lo hace, pero si uno de los pocos que lo ha hecho mientras está en activo, y sobre todo su declaración cobra mayor importancia porque lo hace apenas un par de meses antes del draft de la NFL, para los poco iniciados en el deporte estadounidense, el draft es una especie de sorteo en el que los equipos eligen a los jugadores universitarios, cuanto más alta sea la posición en la que un jugador es elegido, más alto es el salario de su primer contrato. Es decir, Michael Sam ha puesto en juego su futuro profesional confiando en que el mundo del deporte no le juzgará por su condición sexual si no por sus condiciones como deportista. Es difícil aún saber si esta declaración le perjudicará en su carrera o no, pero lo que si queda claro es que su acto de valentía es un paso más hacia la normalización de la homosexualidad en el mundo del deporte, en el que aún abundan esas actitudes rancias y machistas de pensar que un homosexual no tiene sus mismas cualidades físicas o se va a dedicar a ir por el vestuario en busca de sexo.


Decía antes que parecía que en los últimos tiempos parece que éste tema comienza a dar que hablar dentro del mundo del deporte, porque hace pocas semanas el futbolista alemán Thomas Hitzlperger se declaró abiertamente gay, lo hizo una vez retirado del fútbol pero con la intención, según sus propias palabras de "impulsar la discusión de la homosexualidad dentro del mundo del deporte" y logró el apoyo de importantes compañeros y conocidos futbolistas como Gary Lineker o Lukas Podolski.



Ya el año pasado Jason Collins, jugador de la NBA anunció su homosexualidad, lo hizo cuando acababa contrato y se encontraba a la espera de ofertas, desde entonces ningún equipo le ha contratado. Sinceramente y como amante del baloncesto, el caso de Collins es dificil de juzgar, ya que se trata de un jugador de calidad media - baja y bastante veterano, pero por otra parte en el mercado de la NBA abundan los contratos temporales, incluso por diez días y si que es sospechoso que no haya tenido al menos alguna oferta desde su anuncio.


El saltador de trampolín Tom Daley anunció también su homosexualidad e incluso fue más allá presentando a su novio a sus fans a través de su canal de YouTube


Otro caso fue el de Robbie Rogers, jugador de fútbol en EEUU que decidió retirarse después de hacer pública su homosexualidad con tan solo 25 años, aunque pocos meses después recapacitó y volvió al mundo del fútbol.

Lejos quedan los tiempos de pioneros como John Amaechi, primer jugador de la NBA en declararse gay o Justin Fashanu, sin duda una de las historias más tristes a éste respecto, Fashanu fue el primer jugador en reconocer públicamente su homosexualidad como jugador en activo, a partir de esta declaración su vida se convirtió en un camino lleno de dificultades que finalizó con su suicidio en 1998 después de haber sido acusado de agresión sexual.

Quiero pensar que todos estos casos pueden hacer que la normalidad llegue al mundo del deporte, especialmente al masculino, ya que entre las mujeres parece que existe algo más de tolerancia al respecto con casos como el de Billie Jean King, Martina Navratilova, Amelie Mauresmo, Sheryl Swoopes o la pasada ganadora del Balón de Oro Nadine Angerer, abiertamente bisexual y que competía por éste galardón con la jugadora Abby Wambach, casada con una compañera de su mismo equipo.

No hay que olvidar que en realidad el deporte es el trabajo de estas personas y la discriminación por razones de tu preferencias sexuales dentro del ámbito laboral incluso se considera delito, tengo la esperanza de que actos como el de Michael Sam rompan éste último bastión en el camino hacia la normalización de la homosexualidad también en el mundo del deporte.

P.D: Interensante artículo de Fernando Aramburu a éste respecto en El País

4 comentarios:

  1. Aún queda mucho por hacer en ciertos sectores y no hablo sólo del deporte, en ciertos géneros de música como la música clásica, el metal o el hip hop tampoco es que esté bien visto y lo dice alguien que ha pasado por el conservatorio. Aunque bueno, en los últimos tiempos he comenzado a ver signos de aperturismo, incluso siendo testigo directo en una ocasión durante un festival en Madrid hará unos cuatro años. Muy buen post. :)

    Besos.

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  2. Pues si, efectivamente aun quedan muchos sectores en los que sigue habiendo problemas, me parece curioso lo de la música clásica, del metal o el hip hop si lo veo más predecible pero la música clásica aunque sea un mundo un tanto conservador pensé que no estaría mal visto ser gay

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  3. Mmmmmmm, en la ópera quizás son más permisivos (pero tampoco mucho) pero entre los músicos se crea un ambiente muy cerrado en el que está mal considerado destacar por algo que no sean las cualidades de uno como músico. Precisamente este verano tuve un rollete con un contratenor y me contaba que veía mucha doble moral y mucha hipocresía al respecto en el mundo lírico.

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  4. Aún falta mucho por recorrer. Poco a poco.

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