De como me convertí en un icono sexual

Si querido lector, no estás en medio de un sueño provocado por alguna extraña droga que tomaras en alguna de tus fiestas excesivas, el pequeño Desgay por fin ha evolucionado, todo su potencial ha salido a relucir en algo que los druidas profetizaban hace ya milenios y cual dios mitológico ha emergido como la bestia sexual que estaba predestinada a ser desde un principio.

Y ésta vez es cierto, no estoy flipando como cuando creí que mi casa estaba embrujada y todos me tomasteis por locos, no no, aquí van las tres señales que me han convencido que mi conversión a mito sexual y objeto de deseo de los hombres ya es todo un hecho.

1. Y para comprender la primera señal hay hacer un pequeño flashback, retrocedamos cuatro años en el tiempo, en ese momento mi pareja por entonces decide dejarme, y el pobre desgay entre lloros y lamentos pidiendo explicaciones recibe un golpe de dura realidad, entre excusa y excusa de es que hace tiempo que no estoy a gusto y similares, mi ya en ese momento ex confiesa que ya no le excito sexualmente, en fin a partir de ahí viene una serie de semanas y meses de depresión post ruptura que podemos obviar, demosle al Fast Forward hasta llegar a hace solo unos días, lugar, la maripiscina madrileña por excelencia, si, esa en la que todos exponen al sol los músculos que tanto les ha costado conseguir con duras horas de gimnasio, los madrileños ya sabéis de lo que hablo y los de fuera, pues solo es cuestión de investigar un poco, total, que allí me encuentro al ex del que anteriormente os hablaba, entre broma y broma, me dice que estoy muy bien desde que me he quitado todo ese tonelaje (creo que dijo has perdido peso, pero sonó a lo que he dicho antes) y empieza a tirarme piropos poco disimulados, en fin, que le veo que durante toda la tarde se hace el encontradizo y el conversador, sobre todo a última hora, hasta que a la hora de irme me dice que él aprovecha y también se va, y qué sucede, pues que me sigue a las duchas y estando todas libres se me pone justo enfrente pasando a hacer un gesto que quizás me equivoque, pero yo tomé como una insinuación, a ver si me podéis ayudar sobre si estoy equivocado, básicamente se cogió la polla y me puso cara de vicio, ante lo cual yo huí aterrado y empapado, claro que por aquel entonces no sabía todavía de mi conversión en sex symbol de la nueva era.

2. La segunda señal de mi advenimiento como Dios de la sexualidad me llega a través de las profecías del siglo XXI, es decir, de cotilleos a través de whatsapp, y es que un amigo, muy discreto él, no tiene otra idea para hacerse el gracioso que copiarme y pegarme la conversación que ha tenido con otro amigo común que vive fuera de Madrid en la que le confiesa que en realidad siempre le he gustado y que si viviera aquí no tendría ninguna duda en atacarme e intentar que rompiera con G. para que estuviera con él, ante lo cual yo en primer lugar alucino por la "discreción" del amigo común y después comienzo a notar que algo se mueve en el aire, que la tierra empieza a oler diferente y que algo está cambiando en mi interior, la mutación estaba a punto de producirse.

3. La última señal, la confirmación definitiva que ha marcado mi nuevo rumbo ha sido consultar al oráculo gay de nuestra era, que no es otro que las aplicaciones de follar por supuesto, así que ante tan duda, decido entrar de nuevo en una de esas aplicaciones que tenía abandonadas hace años y me encuentro la friolera de 81 mensajes con Woofs, Me gustas, Buenas fotos y mensajes insinuantes, ya no hay más dudas, olvidaos de Brian Sims, Matt Bomer, Russell Tovey, Tom Daley y similares por que hay un nuevo sexy sheriff en la ciudad.

Ahora es cuando tu MM me dices que en el fondo mi ex no es más que una guarra que estaría salida en ese momento y que le tira los tejos a todo lo que se mueve como te descubriste años después cuando te enteraste que mientras estabas con él tenías más cuernos que el pobre Harry Potter en su última peli, que la conversación de whatsapp no era más que el típico momento fantaseo que se cuenta para hacer gracia pero no se piensa, y que tras tres años sin entrar en una aplicación 81 mensajes son una mierda porque eso es lo que tienen algunos en una semana, e incluso puedes decirme que básicamente no se me ocurría nada que escribir y he acabado publicando ésta tontería, y yo te responderé que no quieres aceptar la realidad de que la era del dominio sexual de Desgayficando ha llegado, o bueno no, te diré que tienes razón, que coño para qué mentir.