viernes, 12 de diciembre de 2014

Mi relación de amor odio con Orson Scott Card

Cuando yo era un jovenzuelo ya empezaban a crecer en mi todo tipo de inquietudes, desde las ya consabidas e imaginadas sexuales hasta las más intelectuales, cuando empezaba a investigar buscando cosas que ver, cosas que leer que fueran de mi gusto, muy pronto me decante hacia la ciencia ficción, y es que si, ya desde pequeño apuntaba a ser un friki.

Buceando entre blogs y foros sobre literatura, el título de un libro se repetía incesantemente, "El juego de Ender", todo eran halagos y parabienes hacia la novela, así que rápidamente me hice con ella y comencé no solo a leerla, si no a devorarla. Para quién no la haya leído "El juego de Ender" es una absoluta maravilla, utilizando como excusa la guerra entre la raza humana y una sociedad extraterrestre el libro sigue las andanzas de Ender en una escuela militar en su carrera para ser el líder que lleve a la humanidad hacia la victoria, con altas dosis de carga psicológica, el libro mezcla la estrategia militar, con un claro discurso antibelicista, los tejemanejes políticos y la utilización de la sociedad para conseguir los propósitos de una clase política que cree saber lo que es mejor para sus ciudadanos sin consultarlos (¿esto no nos suena tan lejano verdad?).


Como digo el libro es de lo mejor que se puede leer en ciencia ficción, nada que ver con esa adaptación lamentable que hicieron para el cine y que solo se quedaba en los aspectos más superfluos del libro sin entrar en los aspectos políticos y psicológicos del mismo.


El libro da comienzo a la llamada "Saga de Ender" que se continúa con la también magnífica "La voz de los muertos", en la que pese a tener el mismo protagonista, se cambia totalmente de género para pasar a una especie de thriller ecológico científico de nuevo con altas dosis de antibelicismo y con un claro mensaje de compasión hacia el que es diferente (atención a ésto que es importante). Tras este se publicaron "Ender el Xenocida", una auténtica paja mental solo apta para muy fans de la ciencia ficción, porque no es nada fácil de seguir, e "Hijos de la Mente", final oficial de la saga (para los que no sois muy asiduos a la scifi, es habitual que luego se vayan incorporando libros tanto como precuelas como con historias entre los libros principales de la saga), que si bien no recupera el nivel de los dos primeros por lo menos daba un cierre digno a la historia.

A decir verdad en aquella época mi interés por el autor era basicamente mínimo al margen de mi pasión por sus libros, pero cuando se escuchó la noticia de la adaptación al cine de la novela, empezaron a saltar las noticias sobre la homofobia del autor, cosa que a mi me resultaba bastante extraña porque el mensaje de sus novelas es bastante diferente al de una persona que odie a otros por su sexualidad, pero claro, frases como: "Las bodas entre homosexuales suponen el fin de la democracia en EEUU", o "La homosexualidad es una enfermedad mental" dejan poco lugar a la duda.

Éste es el angelito en cuestión
Buceando un poco en internet descubrí la cantidad de tonterías que podía llegar a decir éste hombre, mormón y profundamente homofobo, pero quería comprobar por mi mismo si eso se trasladaba a sus libros, así que comencé a leer "La sobra de Ender", perteneciente a una saga paralela a "El Juego de Ender" y de nuevo quedé maravillado con la capacidad narrativa de éste señor, que tiene la cabeza llena de tonterías pero escribe como los ángeles, y de nuevo nada de sus alocadas ideas en sus libros, eso al menos me daba un respiro, por lo menos no trataba de difundir sus idioteces en sus novelas leídas por millones de personas, pero ésto cambio cuando leí otra de sus obras más conocidas, "Maestro Cantor".


Aquí de nuevo la capacidad de Orson Scott Card para describir nuevos mundos y conspiraciones políticas hacen volar la imaginación del lector hasta que al señor Card se le comienza a ir la cabeza y empieza a mezclar temas como homosexualidad y pedofilia y deja meridianamente claro la necesidad de castigo hacia las conductas gays, una mezcla de ideas del siglo XIX que choca completamente con una novela situada en un futuro más avanzado, Scott Card es capaz de cargarse dos tercios de novela maravillosa con un último tercio en el que las ideas más primitivas y absurdas son capaces de romper todo lo creado anteriormente.

Y ha sido éste desengaño el que me ha creado esta bipolaridad en mi opinión sobre él, mi más profundo desprecio hacia sus ideas y sus tonterías sobre la política (también ha llegado a comparar a Obama con Adolf Hitler) pero no puedo evitar que algunas de sus novela me enamoren irremediablemente y claro en ésta situación te planteas, ¿boicot hacia una persona con ideas de éste tipo? ¿o separas el autor de la persona y disfrutas de sus novelas? (las que son apreciables y no las que muestran sus estúpidas ideas).

19 comentarios:

  1. Pues me parece una pregunta muy personal porque todo depende del punto de vista de cada uno pero creo que las dos opciones que planteas son igualmente válidas y coherentes aunque sí que es cierto que el separar la persona del escritor requiere un esfuerzo extra, en este caso casi titánico así que la decisión que acabes tomando estará bien.

    Abrazotes.

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    1. Es que como tú dices me va a ser muy difícil no buscar ya dobles lecturas en cada cosa de él que lea, bueno veremos si vuelvo a leer algo más de él

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  2. Pues es un poco complicado porque no siempre es sencillo separar al artista del ser humano.
    La reflexión me ha hecho pensar por ejemplo en Michael Jackson, que cuando empezaron a aparecer todos esos juicios sobre su persona relativos a cuestiones ajenas a la música, yo oía a mucha gente que me decía: "a mi me gustaba mucho pero desde que empezaron a salir todas esas cosas no puedo escuchar su música sin acordarme de eso y ahora no lo trago". Yo en el caso de Michael Jackson he podido desligar su vida personal de su actividad como artista y me sigue gustando lo que antes me gustaba de él, pero no siempre he sabido ser igual de ecuánime: por ejemplo leí una entrevista a Mel Gibson con unas declaraciones bastante desafortunadas ( barbaridades para no ser tan fino ) sobre la homosexualidad y otra serie de cosas y desde entonces no puedo verle en la pantalla sin que se me revuelvan un poco las tripillas ( algo tampoco muy complicado pensando en el tipo de proyectos cinematográficos en los que se suele meter, jeje ) En tu caso, no he leído "El juego de Ender" y no puedo opinar...creo que si me enamorase su forma de escribir como tan bien describes, podría pasar por alto a la persona y centrarme en el creador. Si de verdad disfrutas su trabajo, separa una cosa de la otra y léele con gusto, pero descargándote sus novelas ilegalmente de los interneses para no darle a ganar un duro, jajaja.
    Un abrazo y buen fin-de, guapo.

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    1. Yo creo que soy capaz de separar a la persona del autor como bien dices con el ejemplo de Michael Jackson. El problema es cuando vuelca en sus obras sus (en éste caso abominables) ideas. Hombre si que tengo bien claro que si vuelvo a leer algo de él va a ser pirata total. Ni un duro a semejante personaje.

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  3. Veamos... me pasa lo mismo, he devorado todo lo de Ender, incluida la saga de Bean el gigante, las guerras fórmicas, los relatos cortos... pero... cierto, al enterarme un poco de quien es el escritor, me he echado atrás con todo el resto. Lo siento, pero no puedo separar al artista de su obra. Pero no es el único, jamás podría leer nada de Sánchez Dragó, me repele Cela, me disgusta la Etxebarría... es gente que con solo haber oído alguna opinión suya, me da tanta urticaria que ya no puedo concentrarme en leer nada suyo. Digo estos tres como ejemplos, pero hay más.
    Hace muchos años, cuando era joven, disfrutaba mucho con la novela fantástica y de terror. Lovecraft era uno de tantos. Hasta que llegué a un relato corto en el que vi un paralelismo tremendo entre lo que contaba, el racismo, el nazismo y muchas movidas raras. Sintiéndolo mucho, lo borré de mi lista de lecturas aunque sea un clásico.
    Y volviendo a Scott Card, es que el tema es más grave. Todo lo que comentas de que ensalza las diferencias y hace ver que todos somos iguales viene por otro sitio. Un hijo suyo tiene sindrome de down. Le quiere mucho y es feliz porque dios lo ha querido así. Precisamente por eso saca en sus libros el tema de que aunque seamos diferentes, todos merecemos respeto de los demás. Siempre y cuando sean las diferencias que él considera aceptables, si él como ser todopoderoso no está de acuerdo, que te den por culo. Una muestra más de toda la hipocresía que envuelve los temas religiosos.

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    1. Si que estás puesto en el autor. Yo quería empezar la sombra de ender. El primero de bean me parece una pasada pero ya no se si seguir adelante. Maestro cantor hasta su tercio final es una maravilla pero ahí desata todo su ideario homofobo. Asco de religiones de verdad. Desconocía el tema de lovecraft pero tampoco es de mis preferidos pese a ser un clásico. Tiene ideas e historias llenas de imaginación y totalmente perturbadoras pero su escritura es demasiado adornada y recargada para mi gusto.

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  4. A mí también me cuesta mucho separar al autor y a su obra, sobre todo si sé algo de su biografía que sea poco de mi agrado.

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    1. La verdad es que cuesta si. A veces es casi mejor conocer lo menos posible sobre ellos.

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  5. Yo soy capaz de separar la obra del autor. Pienso que una persona es una amalgama de muchas cosas y consigo reconocer las buenas y criticar las malas.

    Un saludo.

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    1. El problema como le decía a un angel ya no son sus opiniones personales si no cuando he encontrado obras en las que vuelca toda la basura que tiene en su mente.

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  6. despues de todas las cosas terribles que ha dicho, que cuando se acerca el estreno de la pelicula basada en su libro y se empiezan a convocar boycotts en su contra empiece a hacer "llamamientos a la tolerancia" para que la gente vaya a verla. me enferma de verdad

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    1. No hay mejor definición que la que has dicho. Enferma su actitud. Asco y vergüenza

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  7. Amar la obra y odiar al autor es algo que he aprendido a hacer. Ejemplos como OSC me han hecho aprender a separar los trabajos y los autores. OSC incluso iba a hacer un escribir de Superman, y la opinión publica (rechazo puro) hizo que la compañía cambiara de planes. Bueno, incluso los dibujantes se negaron a dibujarlo.
    Y, extrañamente, si revisas su obra hay muchas escenas de chicos adolescente en las duchas, echándose el ojo y jugueteando...
    El lado bueno: la mayoría de los que leen su obra toman la aceptación de las diferencias marcadas en sus libros un poco mas allá que el autor lo quisiera.

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    1. De hecho encontré un artículo con una viñeta de superman luchando contra la homofobia de OSC. Yo mientras se casque libros como el juego de ender los leeré. Eso si, sin dejarle ni un duro y mira que a mi me gustan los libros en papel pero en este caso me niego.

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  8. Ainssss... veamos, posibilidades:
    - Si antes de haber leído algo, ya te cae mal el tipo, con la cantidad de oferta (digo de libros, pero sirve igual para música, películas, lo que sea) que hay, es fácil evitarlos. Y si no lo evitas, un poco lelo ya hay que ser. Basta con hacerse con algo de otro autor que ya te guste y le das esquinazo. Algo así me pasa con Lucía Extebarría. No la conozco ni nada, pero me parece una pedorra (alguna cosa que dice, sí me ha gustado), así que, aunque alguna vez me tienta leer algo suyo, ahí se queda y me voy con otras novelas. Y si no hay nada potable a la vista, siempre estará Jane Austen.
    - Si has leído algo que no te ha gustado demasiado y, después, te cae mal o no especialmente bien... es fácil: la relación se corta. Mi relación con Almudena Grandes es así. Bueno, igual no del todo... más bien es que no me gusta como escribe. De su vida y sus opiniones sé poco y lo poco que sé no me ha dicho nada, ni bueno ni malo, pero sus libros... no more!
    - Si has leído algo que te chifla y luego el escritor te parece lo peorrrrrrr. Ainssss... mala cosa. A veces puede la obra. Otras veces, no y la falta de sintonía personal sale ganadora... Otras, la calidad de la obra puede al memo del autor. Pérez-Reverte me repele un poco (a veces, no siempre), pero me gusta como escribe y leo sus libros y me gustan. Al revés, ahora mismo no caigo en ningún caso...

    Cada caso, me parece a mí, es un mundo y la balanza amor-odio se desequilibra por detalles, por la huella que te dejan sus obras y sus declaraciones.

    Que a tí el angelito Orson te pirra cómo escribe y lo lees, genial. Que te repele tanto que no lo soportas y abandonas, genial también. Por suerte, no es obligatorio leer a nadie. Que en unos casos uno hace una cosa y en otros otra... pues genial también, una más de esas incoherencias que tenemos los humanos. Y genial.

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    1. Supongo que acabaré volviendo a sus libros en un tiempo pero en plan pirata total. Por cierto a mi Arturo Pérez Reverte no me gusta nada como escribe. Será por que ya antes de comenzar a leerle ya me caía mal?. Solo me lei un par de libros suyos y creo que le he abandonado para siempre.

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    2. ¿También se pueden piratear los libros en formato libro? O.o
      A mí me gusta el libro en papel... Clásico que es uno. O anticuado, según se mire. Y el contenido, sobre todo, claro, aunque algún libro sí lo he comprado por la portada...

      Lo último de Pérez-Reverte, Perros e hijos de perra, me da mucha pereza...

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    3. Ayyyy que si se pueden formatear libros dice, que inocenton, en breve te llega un mail con regalo de navidad ;-)

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    4. Y quién dice formatear dice piratear :P lapsus linguae

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