Siempre he fantaseado con el hecho de vivir en un pequeño pueblo, la tranquilidad, la naturaleza, el sentimiento de comunidad, poder huir solitario a la montaña (porque si, en mi sueño sería un pueblo de montaña) cuando necesitara un momento para mi, caminar por el campo fresco a la llegada del verano, refugiarte junto a la chimenea en el duro invierno, si, todo muy bucólico ya lo se, pero oye la imaginación de cada uno es como es.
Pero claro todo es muy bonito en la imaginación, pero el otro día recorriendo la Castilla (no especificaré cual de ellas para no sufrir ataques furibundos) profunda junto a G, nos encontramos recorriendo algunos pueblecillos de esos de apenas 100 casas y me vino una duda a mi cabeza, ¿cómo debe seguir siendo ser gay en un pueblo?, y ya no te digo una aldeilla como ésta, si no incluso pueblos de 8.000 - 10.000 personas, porque parece, y así ha sido que se ha logrado mucho en derechos LGTB (inserte aquí su queja sobre que ésta no son las siglas correctas y elija su opción) pero uno que pese a ser de extrarradio siempre ha vivido en la capital no puede llegar a imaginarse del todo como debe ser.
En primer lugar el descubrimiento de que eres diferente al resto en un entorno de lo más hostil para tu recién descubierta sexualidad, si, es cierto que ahora existe Internet, que todo está "muy" normalizado en la sociedad y el mundo público, pero cuantos pueblos existirán aún de mentalidad totalmente conservadora en el que la homosexualidad está asemejada al de la loca del pueblo.
Y ahí es cuando te imaginas, ¿y si además de descubrir que eres diferente a los demás, tienes pluma?, prepárate para las burlas o incluso agresiones psicológicas o puede que físicas del resto. Y ¿cómo serán las primeras relaciones sexuales?, basadas en la esperanza de que haya alguien igual que tú en tu pueblo, tal vez algún turista ocasional o esos familiares que vienen a pasar los veranos, y si no el último recurso, la escapada a la gran ciudad más cercana en busca de comprensión que probablemente quede reducido a un simple encuentro sexual no del todo satisfactorio (o si). Y finalmente tus perspectivas de futuro, el tener claro que antes o después vas a tener que abandonar el que era tu hogar, y es que no nos engañemos, habrá casos, pero en general debe ser bastante complicado poder llevar una vida normal como homosexual en un pueblo de éstos.
Y tal vez éste bastante equivocado, y para eso están los comentarios, para que podáis corregirme en todos mis errores, y esto no es más que una divagación sobre ideas que pasaron por mi cabeza, y no es que yo sea un talifan de los derechos LGTB pero no puedo evitar pensar que incluso a día de hoy hay gente que lo debe seguir teniendo bastante jodido en éste aspecto.
Yo estoy totalmente de acuerdo contigo: aunque lo de la "normalización" está a la orden del día y ahora incluso en los sitios más pequeños gracias a internet uno puede estar al tanto de lo que ocurre en el resto del mundo, la verdad es que lo de ser gay aumenta su complicación conforme disminuye el tamaño de población del sitio. Que seguramente no sea solo en este tema, que cuando se es diferente al resto es más complicado adaptarse allí a lo que te rodea, pero lo de la homosexualidad es peor ( por ser sexo, que ya nos han dicho los curas que es un pecado muy gordo y muy malo si lo practicas sin ser un heterosexual casado ) y si encima tienes pluma pues peor. Por muchas razones y no solo por la intolerancia sino por ejemplo por una tan simple y evidente como el que no encuentres para relacionarte nadie "como tu", tal cual dices tú mismo en el post. Así que si yo en mi capital de provincia pequeña de trasfondo moral un pelín rancio ya noto la presión y veo que la mayor parte de la gente del "colectivo" termina yéndose a vivir a una ciudad más grande, no me quiero ni imaginar lo que debe ser estar en un pueblo de los que mencionas... por eso yo me apunto a lo que decían estos mozalbetes, que ya por entonces se les veía que eran bien de listos, jejes: https://www.youtube.com/watch?v=4O5GlPgqNH0
ResponderEliminarAbracete y buena semana, guapo.
Es que luego está eso que mencionas: me da la sensación que tu ciudad y provincia es bastante más conservadora que las de aquí.
EliminarUn saludo.
Es cierto lo que dices, David: aunque evidentemente han cambiado las cosas, aquí persiste un poso de ideología un poco arcaica y trasnochada. Pero como te pasa a ti ( que comparto al 100% tu comentario ) no se trata de hacerse la víctima ni hacer recaer las culpas a mi entorno sobre mi situación porque en gran parte no es ni más ni menos que el resultado de mi mejor o peor manera de hacer las cosas. En esto de hacerse un sitio en el mundo inmediato que te rodea tiene también mucho que ver.como tú dices- la forma de ser de cada uno, y bueno, yo soy como soy y por eso las cosas que tengo son como son.
EliminarPero este ya no era el tema creo...que me va a decir el Desgay "anda vete por ahí, cómprate un blog y piérdete dentro" :-)
Oigan oigan, de eso nada, en éste humilde blog no solo se aprueba, si no que se apoya y se fomentan los debates vía comentarios, así que lo que si es por mi, sigan, sigan.
EliminarMi pueblo tiene 12.000 vecinos. ¿Si es más difícil que en las grandes ciudades? Pues habría que hacer dos matizaciones: la visibilidad, internet y la edad.
ResponderEliminarEn cuanto a la visibilidad, ha hecho mucho. Lo que me refiero es que ha llegado un punto en el que, gracias a lo que se ve en la televisión, ya no hay que perder el miedo a que la familia y los amigos se alejen de ti por miedo o ignorancia. Todo depende del entorno que tengas, pero no creo que ese aspecto sea diferente al de una persona que vive en una gran ciudad. Yo veo que hay mucha más conciencia en general que en los años 90 cuando yo estaba en el instituto o me fui a Madrid. Sigue habiendo capullos, sobre todo en los pueblos más pequeños, pero también la respuesta de los "no capullos" ha cambiado mucho.
En cuanto a internet,hoy cubre el hueco dejado por no tener una "zona de ambiente", no sé si me explico. Aquí no hay un "barrio gay", ni siquiera un "bar gay", lo que hace que la gente tire mucho de aplicaciones para conocer gente. O eso o ir a la capital, donde los bares de ambiente se pueden contar con los dedos de la mano.
Y en cuanto a la edad, quizás para un adolescente es mucho más duro que para una persona adulta. Me refiero a que si no encajas con la gente es mucho más difícil huir de la soledad. En un Madrid te coges el Metro o el autobús y te plantas donde sea y a la hora que sea. En estos sitios es muy difícil moverse libremente si no tienes coche o carnet de conducir. Por ese mismo motivo, yo me fui a los 18 años de aquí porque este pueblo me comía. Ahora ya lo tolero, pero es cierto que sin tener coche y una independencia y libertad de movimientos no hubiera sido así. Luego ya está la madurez: hoy en día puede bajar María Santísima a llamarme maricón que me resbala, con 18 años y la personalidad a medio hacer seguramente no. Aparte es muy difícil emparejarte con alguien que viva y trabaje en tu misma localidad y hay que andar haciendo filigranas para verse.
No me gustaría hacer victimismo echando las culpas a mi entorno por haber tardado tanto en admitir mi sexualidad, porque este entorno ha sido el mismo para mí y para otros. Pero sí que, a lo mejor, todo eso junto con mi personalidad y lo que me cuesta tomar decisiones haya ayudado un poco.
Un saludo.
El tema de la edad que comentas es muy interesante, es que no es lo mismo como recibe un chaval de 16 - 18 años las influencias externas que como lo hace un adulto, efectivamente con el paso de los años asientas tu personalidad y tu entorno no influye tanto en ti. Lamentablemente mucha gente tiene que hacer lo que tú, irse del pueblo porque le asfixia, aunque conozco muchos más casos de gente que años después ha vuelto.
EliminarEn mi caso veo lo que cuentas desde cierta distancia. Sí, soy de una capital de provincia de unos 50.000 habitantes pero me fui muy pequeñito y curiosamente siempre he vivido en ciudades bastante más grandes que, como mínimo doblaban la población de mi ciudad. Hubo un momento de mi vida, cuando ya llevaba un par de años emancipado, que me fui a vivir a un pueblo de 20.000 a las afueras de la ciudad en la que vivía entonces porque los alquileres eran más baratos. No aguanté más de tres meses allí pese a estar a unos 15 km de la ciudad. Todo este pestiño para decir que el dilema pueblo-ciudad va en los gustos de cada uno.
ResponderEliminarYa entrando en el tema del gaycismo pues creo que sí, que en principio tiene que ser más duro vivirlo en un pueblo que en una ciudad. Y digo en principio porque en estos tiempos de globalización también hay muchos catetos de ciudad que no ven más allá de sus narices y ahí estoy muy de acuerdo con David. El otro día vi en la tele algo de que en Asturias o por ahí había una especie de cooperativa agraria que a la vez era asociación LGTB y por lo que sacaron se les veía a todos muy contentos, tanto a ellos como a los del pueblo.
Abrazotes.
Yo también lo veo desde cierta distancia, en el fondo no es más que una pequeña reflexión, algo que me viene a la cabeza alguna vez, cuando pasas por uno de esos pueblillos y te imaginas al adolescente intentando vivir su vida en un ambiente en un principio tan hostil, que luego habrá de todo por supuesto.
EliminarYo veo que tolerar toleran muchas cosas, pero integrar ya es otra historia y uno no se libra de sufrir la soledad de ser el diferente en sitios pequeños, al menos que tenga la suerte de encontrarse con otro. Claro que cuanto más pequeño es el lugar, menor es la probabilidad.
ResponderEliminarEfectivamente, y a veces parece que se usa el tolerar como el, no te quejes que no te tiramos piedras y te dejamos respirar. Yo siempre he dicho una cosa, la soledad elegida es maravillosa, la soledad obligada es terrible.
EliminarPues sí, es duro, y como señor mayor que soy no lo he vivido en mis carnes pero sí en la de muchos amigos que han ido viniéndose a Madrid huyendo de. Uno me decía que en todos los pueblos hay su cacique, su puta, su tonto y su maricón, y él era el último, claro, y tuvo que sufrir cómo lo apedreaban los niños de pequeño pero luego con el tiempo, cuando ya lo sabía todo el mundo, era "tolerado", que no aceptado, y sólo tenía que aguantar al típico cafre que se dedicaba a hacerle putadas porque sí. Huyó a la ciudad, claro. Pero eran otros tiempos, no había internet ni la movilidad que hay ahora. Imagino que depende muchísimo del lugar, de si eres un marica nacido en el pueblo o te has ido a vivir allí y de tus relaciones con el resto de vecinos.
ResponderEliminarEn definitiva, que no es lo mismo si eres un muchacho del pueblo que ha descubierto su sexualidad y lo que quiere hacer es huir de allí (ya sea real o virtualmente) o un tipo que se ha ido a establecer en el pueblo. Pero vamos, que historias hay miles, que los pueblos siguen siendo los pueblos y que, no hay nada más que ver las noticias de ayer en Tordesilla, cafres con varas sigue habiendo.
Bueno lo de Tordesillas es de traca, y no voy a empezar aquí un debate, porque además creo que es una pena para el pueblo, que seguro que tiene gente maravillosa y cosas bonitas que ver, pero por lo que son conocidos, madre mía que pena, vergüenza me daría a mi si fuera de allí.
EliminarYo como cuentas tú también tengo muchos amigos de fuera, el índice de emigración mariconil de los pueblos a la ciudad debe andar rozando el 90 por ciento, y para mucha gente seguro que es algo maravilloso, pero es una pena que para otros se tengan que ver casi "obligados" a salir de su tierra si quieren aspirar a vivir una vida normal.
Diría más o menos lo mismo que todos: el asunto depende mucho de la situación de partida.
ResponderEliminar- Si eres adolescente, en un lugar pequeño, las cosas pintan mal o muy mal durante unos años y luego, con mucho aguante quiero suponer, serás tolerado. Que no lo toleras, porque no te da la gana aguantar tonterías ajenas o porque no soportas más la presión, me temo que toca emigrar a la capi provincial o de reino (pronunciado gueino).
- Si ya eres marica talludita y te vas a vivir al campo, la situación es muy distinta, las cosas te resbalan más, también sabes poner a la gente en su lugar y, básicamente, porque lo has elegido.
Pues si, yo creo que al final estamos todos un poco de acuerdo con el tema de la edad, de hecho lo que yo me imaginaba eran las dificultades para un chaval, aunque también puede ser duro para gente más mayor está claro que siendo adulto tienes otras armas para afrontar las situaciones y otra manera de ver las cosas.
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