El triunfo del peón

Si ya en el anterior post algunos temíais por el hecho de que pudiera ser una entrada dedicada al deporte, en ésta os aviso directamente que si, que el tema va deportivo hoy, eso si, no va a ser de fútbol, odiado mayoritariamente en el mundo gay y que a mi me gusta, al igual que casi todos los deportes, vamos que soy de esos que es feliz cuando hay olimpiadas porque soy capaz de verme desde el atletismo, al tenis, pasando por el voleibol, la natación e incluso la vela, pero si hay un deporte que me gusta por encima de todos, ese es el basket, y no solo por mi reconocida adoración por los entrenadores de balonces (ay yo no se que tendrán).

Óscar Osazo Quintana, para comerselo

Así que llevo el fin de semana de los nervios, porque si no lo sabíais se jugaba la Final Four de baloncesto en Madrid, con la presencia del Real Madrid entre los finalistas (si, además de encantarme el deporte soy madridista, no me falta de nada), y por fin, tras mucho sufrimiento y después de dos horas como un animal enjaulado sin poder quedarme quieto, mordiéndome las uñas y saltando de alegría en los últimos minutos, el Real Madrid se ha proclamado campeón de Europa de baloncesto, por novena vez en su historia y después de 20 años de su última victoria, la de la mítica final de Zaragoza con Arlauckas y Sabonis.

Y además me alegro especialmente por dos de los miembros del equipo, en primer lugar por Andrés "Chapu" Nocioni, uno de mis jugadores preferidos de todos los tiempos, que tras una dilatadisima carrera y con todo tipo de éxitos a nivel individual es capaz de dar un paso a un lado, fichando por un equipo grande para tener un papel secundario durante toda la temporada, sabiendo que a su edad ya no puede permitirse ser la estrella del equipo, pero reservándose para grandes momentos como la Copa del Rey o ésta Final Four, un ejemplo de deportista, que mezcla profesionalidad, carácter, humildad y compañerismo con una capacidad de lucha y de competitividad que ya quisieran muchos, el auténtico factor diferencial del equipo éste año, de los que no juega las finales si no las gana.

Pero sobre todo me alegro por Pablo Laso, porque se lo merecía, por que siempre ha sido el objeto de todas las críticas, de todas las burlas, desde que se le ficho, porque no fue la primera opción del club y era un entrenador de perfil bajo y eso no vendía en éste mundo del deporte lleno de estrellitas de portadas de revistas, y sin embargo el Real Madrid comenzó a jugar como los ángeles, a hacer probablemente el mejor baloncesto que yo haya visto en mi vida, y os aseguro que he visto muchísimos partidos de éste deporte, apostando por un juego bonito, por el Run & Gun, con una base de jugadores nacionales y con complementos que venían siempre a ayudar, sin ninguna estrella clara por encima de los demás, buscando siempre por encima de todo el bien del equipo, el interés del colectivo, pero siempre fallaba algo en las grandes citas, un triple a una pierna desde el centro del campo, un jugador que se revela como sorpresa y te arruina la final, al equipo le faltaba esa pizca de suerte y perdió dos finales de Copa de Europa y alguna de liga, y todos los palos iban contra él, burlas de algunos aficionados, críticas a su manera de dirigir los partidos, rumores de su destitución y Laso siempre hacía lo mismo, bajaba la cabeza y seguía trabajando, confiando en los suyos, esperando su momento, y por eso cuando hoy le ha llegado no puedo más que sentirme identificado con él, por su manera de ser, por el triunfo de un hombre sencillo y modesto, ni el más alto, ni el más guapo, ni posiblemente el mejor entrenador, pero si un hombre humilde, trabajador, un peón que se ha convertido en Rey a base de esfuerzo y tenacidad, todo un ejemplo y la demostración de que a veces los buenos también triunfan.

Y si, soy consciente de que escribo toda ésta perorata desde el subidón de la victoria y que en el fondo esto no tiene más importancia y mañana tocará ir a trabajar otra vez, y me volveré a cagar en mi jefe por haberme metido un maratón de dos semanas seguidas trabajando sin descanso (y si te gusta bien y si no ahí tienes la puerta), y a fin de mes tendré los mismos problemas para pagar la hipoteca y la vida seguirá igual, pero que queréis que os diga, soy de esos raros capaz de disfrutar de lo bueno del deporte sin caer en fanatismos, disfrutar de la victoria y no darle más importancia a la derrota sabiendo felicitar al rival, pero hoy me lo he pasado bomba y por fin hemos vencido, porque los que estamos abajo también nos lo merecemos, los aficionados a un deporte ya casi minoritario, los seguidores de un entrenador criticado por todos, los pringaos que no pueden disfrutar de su deporte favorito porque tienen que estar trabajando, probablemente mañana a nivel deportivo solo se hable de la liga del FC Barcelona (felicidades a los cules), pero hoy, durante unas horas, algunos peones nos sentimos reyes.